Tienes claro que quieres empezar terapia, y puede que incluso sepas qué quieres trabajar, pero ¿ahora qué? Es posible que te surjan muchas dudas respecto a qué tipo de terapia necesitas.
Una terapia centrada en la persona
No solo un tipo de terapia funciona para una persona: podemos tener varios objetivos, pueden surgir problemas específicos, incluso variar como los queremos trabajar según el momento en el que estemos, también tenemos personalidades diferentes… Todo esto se resume en que la terapia debe adaptarse a la persona y no al revés. Siempre se tiene que trabajar desde el contexto de la persona, y valorar las prioridades qué tiene. Es importante tener una base teórica para entender bien como funciona una problemática en la vida de la persona y sobre todo, como se mantiene (pista: no mantenemos algo que no funciona de alguna forma para nosotros).
Técnicas basadas en la evidencia y organizadas con sentido
Es importante trabajar con técnicas y terapias basadas en la evidencia. Con el auge de las terapias alternativas, muchas personas prueban «terapias» como el reiki o la homeopatía, es importante dejar claro que no quiere decir que éstas no puedan funcionar para algunas personas, especialmente personas sugestionables. Sin embargo, no son «terapias» que han demostrado ser eficaces, ni siquiera son procesos en los que la persona participe de forma activa (el efecto es por algo que «nos hacen» o algo que nos tomamos), así que el efecto a medio-largo plazo es limitado, ya que nuestras dinámicas y patrones a la hora de pensar, sentir y actuar siguen siendo las mismas: por ejemplo, puedo ir a hacerme limpiezas de aura semanales, pero si sigo en una relación abusiva, me sentiré peor a la larga por seguir en ella (aunque me sienta bien al salir de mi sesión). Además, es fácil depender cada vez más en ellas, puesto que sentimos más desesperanza según pasa el tiempo. La terapia puede ser dolorosa, pero todo proceso de crecimiento y cambio tiene un coste.
Además, estas técnicas deberían estar integradas en un plan de tratamiento con una lógica (sobre todo si queremos trabajar varias cosas): es difícil trabajar mi autoestima, si mis emociones me desbordan tanto que me paralizan. Pongamos el ejemplo de que quiero aprender alemán: no tiene mucha sentido empezar por las palabras más complicadas, sin saber como se construyen las frases. El orden de lo trabajado es importante, aunque tiene que ser flexible: ¡la vida no es lineal, las circunstancias de las personas pueden cambiar rápidamente!
La «alianza terapéutica»
A pesar de la importancia del tipo de técnicas utilizadas, de lo más importante en una terapia es lo que se llama la «alianza terapéutica», esto se refiere a la conexión entre terapeuta y cliente. Si no confías en tu terapeuta, es probable que te cueste seguir yendo a terapia, incluso puede ser un profesional experto en tu problemática y aun así, sientas frustración. Esa relación de confianza y comodidad puede sentirse inmediatamente o puede construirse durante las primeras sesiones (mientras ese terapeuta te conoce y define ese plan de tratamiento adaptado a tí), aunque se trata de algo muy subjetivo, por lo que dependerá mucho de como te sientas.
Si tienes más identificados tus objetivos, puedes buscar en el perfil del terapeuta si trabaja ese tema (por ejemplo: autoestima), o, si has probado algún tipo de terapia que no te ha gustado, poder buscar alguien formado en otro tipo de terapias (no quiere decir que no tenga formación en esa también). Mi consejo es que puedas probar un terapeuta para ver como te sientes en sesión y poder preguntar claramente por como sería abordar lo que quieres trabajar.
Como has podido leer, no hay una respuesta predeterminada en cuanto a la terapia se refiere, lo que lo hace más complejo de entender, pero también maravillosamente moldeable.
Si quieres empezar tu proceso de cambio conmigo, estaré encantada de poder acompañarte y guiarte a través de estos matices.